La evaluación

En el primer capítulo del Título III de la LOE con las modificaciones de la LOMLOE se trata sobre las funciones que debe ejercer el profesorado. De las trece funciones que se presentan, una de ellas es la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, así como la evaluación de los procesos de enseñanza. Pero, ¿cómo puede un docente medir y valorar el aprendizaje de los alumnos?


Según se comenta en este post, existen seis tipos principales de evaluación:
  • Evaluación diagnóstica o pre-evaluación: se tienen en cuenta las fortalezas, debilidades, conocimientos y habilidades del alumno antes de la formación. Es una base desde la que trabajar los conocimientos que los alumnos van a adquirir durante el programa formativo.
  • Evaluación formativa: se evalúa el rendimiento del alumno durante la formación y, de forma general, se produce con regularidad durante todo el proceso de instrucción. Podríamos considerar la evaluación formativa como un repaso para poder revisar la calidad de la formación recibida por si fuese necesario realizar modificaciones en el método de enseñanza.
  • Evaluación sumativa: la evaluación sumativa apunta a valorar el alcance al cual han llegado los resultados más importantes al final de la instrucción. En ella se mide el rendimiento de un estudiante al final de la formación, y es la forma de saber qué se ha aprendido y qué no.
  • Evaluación basada en objetivos: se mide el rendimiento del alumno frente a una meta, un objetivo específico o estándar, consiguiendo obtener datos y conclusiones más concretas sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje.
  • Evaluación referenciada en la norma: se compara el rendimiento de un estudiante con el rendimiento de un grupo promedio (aula, centro, región...).
  • Evaluación ipsativa: se mide el rendimiento de un estudiante con los rendimientos previos de ese estudiante. En vez de comparar al alumno con otros estudiantes, se comparan sus resultados actuales con sus datos previos.
En mi opinión (y según mi experiencia), la evaluación se centra demasiado en las evaluaciones sumativa y basada en objetivos, midiéndose solamente los conocimientos adquiridos mediante exámenes. Aunque si que considero que es la forma de evaluación más objetiva, me parece especialmente interesante fomentar la evaluación ipsativa, ya que no todos los alumnos progresan al mismo ritmo y medir el desarrollo de cada alumno es una forma de evaluar su evolución y reconocer el esfuerzo de quienes puedan tener más dificultades, repercutiendo positivamente en su motivación.

Comentarios

  1. Oinssss que cosa más bonita con su pulpito!!! jejeje..... Me recuerda mucho a mi gatita Lis :-)

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